La intervención se ha realizado gracias a la colaboración de la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Arrasate; y la dirección técnica ha corrido a cargo de Arrasate Zientzia Elkartea y la Sociedad de ciencias Aranzadi.
Los trabajos arqueológicos se han desarrollado durante la última semana de septiembre en la Torre del Campanario de la Iglesia parroquial de San Juan Bautista, en pleno Casco Histórico de Arrasate. Estos trabajos han permitido obtener una serie de resultados de gran interés sobre el pasado de la villa, a pesar del reducido espacio del yacimiento (13 m2).
Así, se ha documentado la presencia de una edificación relacionada con el trabajo del hierro, derruida en el siglo XVI cuando construyeron la actual torre de la iglesia.
Los restos más interesantes están relacionados con el primer lugar de enterramiento medieval de la población, que estaría ubicado en la parte de la excavación más cercana a la iglesia. La cronología estimada de la necrópolis se establece en torno a los siglos XIII y XV.
Aquí se han encontrado una serie de fosas de forma ovalada excavadas directamente en la arcilla natural del terreno, organizadas en calles paralelas entre sí. Cada fosa acoge a varios individuos superpuestos (entre 3 ó 4), todos ellos sin ajuar, enterrados con orientación Este-Oeste. Este enterramiento se origina en el contexto de un templo más pequeño que la iglesia actual, desaparecido durante el incendio de 1448.
El proyecto prevé llevar a cabo un estudio osteológico de los restos humanos para determinar su dieta y obtener el ADN de los individuos.
Restos prehistóricos
En ese mismo entorno se ha documentado la presencia de cerámicas relacionadas con un estadio de ocupación mucho anterior. En concreto, se refieren a un asentamiento de la Edad del Bronce que puede datarse en torno a 3.500 – 3.900 años antes del presente. Este hecho evidencia una temprana ocupación de la colina donde se situará a partir de 1260 la villa de Arrasate, dando de esta manera continuidad a un proceso iniciado varios miles de años atrás. Esto es un fenómeno común en otras poblaciones medievales (Zarautz, Tolosa, Irura, etc.) que se asientan sobre restos de época romana o prehistórica, como es el caso de Arrasate.