La joven fue hallada el 31 de octubre, inconsciente, en una zona de vegetación muy próxima a su domicilio. En un principio todo apuntaba a que había sido amordazada, maniatada y arrojada al talud de 10 metros de profundidad por una o más personas. Poco después las pruebas apuntaban a que ella misma hubiera simulado en suceso y fuera la autora de los hechos.
Tras la investigación, la Ertzaintza imputa ahora a la joven irunesa por simulación de delito.
La joven fue hallada el pasado 31 de octubre, sobre las diez y media de la mañana, inconsciente, en una zona de vegetación que cubre un talud de unos 20 metros de altura anexo a la carretera GI-636, en la variante de Irun, muy próximo a su domicilio.
Una unidad de bomberos la rescató y fue trasladada en una ambulancia medicalizada hasta el Hospital Donostia. Allí permaneció varios días y una vez recuperada la consciencia aseguró no recordar nada de lo sucedido salvo haber recibido un pinchazo en el cuello.
Las pruebas forenses dejaron claro desde el primer momento que la joven no había sido agredida en modo alguno, ya que no presentaba ningún indicio de haber sufrido golpes o actos violentos.
El Departamento vasco de Seguridad indicó cinco días después del hallazgo de la joven de que, según «las evidencias obtenidas», la «principal hipótesis» que manejan los investigadores es que la joven fue la «autora de los hechos».
Una vez comprobada esta hipótesis, ahora está acusada de simulación de delito y las diligencias se han remitido al juzgado encargado del caso.