A los donostiarras solo les vale ganar el derbi en San Mamés y así empezar a ver la luz al final de túnel, que llevan tiempo viendo solo negro.
Los empates ante Girona y Las Palmas, las derrotas contra Atlético y Málaga (contra esté último fue muy duro) y la eliminación copera ante el Lleida han crucificado a la Real Sociedad en poco más de un mes. Ha pasado de soñar por todo alto a dudar sobre si en Liga y en la UEFA Europa League cumplirá con su palabra. La Copa, que era la competición que más ilusión hacía a los donostiarras, ha quedado a un lado, sin opción de luchar por ella tras unos 45 minutos fatales.
Tras cada partido, los de Eusebio decían que necesitaban la victoria para salir del pozo del que se encuentran. Pero no hay mejor partido que el derbi de este sábado ante el Athletic Club para salir de él. Además, en San Mamés. Aún más orgullo para la entidad donostiarra.
Pero el rival opuesto, el Athletic, también quiere ganar, ya que tampoco se encuentra en una situación donde se puede permitir perder los tres puntos. Porque en el hipotético caso de que lograsen sumar los tres puntos, llegarían a alcanzar y superar en la tabla a la Real, cosa que jornadas atrás le veía muy lejos.
Pero se dice que en los derbis las sensaciones no valen para nada. Pues llegar en una forma excepcional y que el rival te derrote fácilmente, y viceversa. En este tipo de partidos, la clave está en no bajar los brazos en ninguno de los 90 minutos y ser el primero en marcar el primer gol del partido, y más aún si no juegas en tu casa, como el caso de la Real.
En el hipotético caso de que la Real gane este derbi, su situación no daría un giro de 360 grados, pero acaso uno de 180 sí. Muchas veces, ganar los derbis, además a tu eterno rival, te da la sensación de que has ganado dos partidos.