La Diputación Foral implantará este año el teletrabajo como jornada laboral con el fin de fomentar la conciliación de la vida laboral y familiar y la corresponsabilidad, tras los buenos resultados de la prueba piloto realizada entre junio y diciembre del año pasado. Se presentaron como candidatas para dicha prueba 23 personas, de las que 9, cinco mujeres y cuatro hombres, fueron escogidas para participar. Durante seis meses, trabajaron tres días de la semana desde su domicilio, y los otros dos presencialmente. En todos los casos, la razón para participar fue el cuidado, o bien de los hijos e hijas, o bien de algún miembro de su familia.
El proceso se realizó con carácter experimental, es decir, partiendo de un grupo reducido de personas, puestos y duración, con el objetivo de sacar conclusiones, y en consecuencia, anticipar las debilidades o contratiempos que pudieran acontecer en la puesta en marcha del teletrabajo en la Diputación a nivel más general. Según ha avanzado el diputado de Gobernanza y Comunicación con la Sociedad Imanol Lasa, una vez evaluado el proceso, el balance ha sido “muy positivo, tanto por parte de los y las trabajadoras que han participado, como el de sus superiores. La cantidad de trabajo realizado no solo no se ha resentido, sino que ha aumentado en algunos casos, al igual que la implicación. Por ello, hemos decidido implantar esta forma de trabajo con un mayor alcance y de forma estable”.
Así, el servicio de Función Pública ha comenzado ya a elaborar la normativa correspondiente, y se prevé que para Semana Santa el teletrabajo estará en marcha. Los requisitos a cumplir serán principalmente dos. Por un lado, que el puesto de trabajo sea susceptible de desarrollarse mediante este formato, siendo sus principales funciones el estudio y análisis de proyectos, la elaboración de informes, la asesoría, la redacción, corrección y tratamiento de documentos, la traducción, u otras cuya naturaleza lo permita. Y por otro, que la petición esté ligada al cuidado de familiares.
“El proyecto se enmarca en la apuesta que estamos haciendo por la conciliación y la igualdad. El teletrabajo supone evidentes beneficios para las personas que tengan menores a su cargo, pero también es cada vez más habitual tener familiares mayores que precisen cuidados, por el envejecimiento de la sociedad. También por ejemplo en caso de discapacidad o enfermedad grave”, ha explicado.
La conciliación corresponsable es uno de los retos “cruciales” para la sociedad de Gipuzkoa, contemplados dentro de la iniciativa Etorkizuna Eraikiz. Sin ir más lejos, más de 2.000 trabajadores y trabajadoras de 20 empresas de Gipuzkoa están participando en proyectos piloto de conciliación de la mano de esta dinámica. “Pero la Diputación quiere dar ejemplo, empezando por la propia casa, y cambiando esquemas de trabajo. De ahí el teletrabajo y otras medidas de conciliación que estamos tomando con nuestra plantilla, porque es una cuestión ligada a otra de enorme importancia: las políticas de fomento de la natalidad”, ha señalado el Diputado.
Entre esas medidas, está la flexibilidad en los horarios, el pago de parte de la matrícula de la guardería, la reflexión sobre la masculinización o feminización de determinados puestos, una bolsa de 20 horas para el periodo de adaptación de las hijas e hijos a la escuela, la extensión de permisos de paternidad y maternidad, la ampliación del límite de permisos por hospitalización de familiares o la puesta en marcha de campañas formativas en igualdad, ya que “sigue habiendo un desequilibrio enorme entre hombres y mujeres a la hora de pedir permisos, lo que demuestra que las tareas y cuidados ligados a la familia siguen recayendo en éstas en mucha mayor medida”.
Conviene destacar que la prueba piloto de teletrabajo se llevó a cabo a través de un proceso participativo con la plantilla, impulsado por la dirección de participación ciudadana. Fueron las propias empleadas y empleados quienes se autoevaluaron de cara al proyecto, y diseñaron sus características o el número de personas participantes, a través de reuniones abiertas en las que han intervinieron también personas que ya conocen esta forma de trabajo para dar a conocer su experiencia.
A su vez, la puesta en marcha del teletrabajo se enmarca en el proceso de modernización que viene llevando a cabo Diputación, para adaptar su organización, sistemas de trabajo, recursos y servicios a las demandas de la sociedad de Gipuzkoa. Esta renovación va a ser evidente en los recursos humanos, al jubilarse la mitad de la plantilla en los próximos siete años. “Así como la actual institución fue diseñada en los 80, hoy tenemos que decidir cómo va a ser la Diputación del futuro, qué perfiles vamos a necesitar para dar respuesta al cambio que se ha dado en la sociedad y en sus necesidades. Apostamos por una administración pionera, moderna y de calidad”, ha concluido.