Datos sobre la carga fiscal española. El pasado sábado, la OCDE publicó el Taxing Wages 2019, su informe anual en relación a los impuestos (y cotizaciones sociales) pagados sobre los salarios de los trabajadores pertenecientes al conjunto de países desarrollados. En dicho estudio se analizan la cuña fiscal, o en otras palabras, qué porcentaje de los costes laborales que paga el empresario se queda el Estado (vía impuestos a la renta, contribuciones sociales a cargo del empleado o a cargo del empresario). Es decir, la diferencia entre lo que le cuesta al empresario tener dicho trabajador y los ingresos netos que le quedan a éste tras el pago de IRPF y cotizaciones.
Como se observa en el siguiente gráfico, para el conjunto de países de la OCDE, el Estado se queda cerca del 36,1% del coste laboral para un trabajador soltero y sin hijos. No obstante, entre los países desarrollados existen grandes diferencias. Mientras que en Bélgica la cuña fiscal es del 52%, en Chile es solamente del 7%. En España, el Estado se queda el 39,4% de lo que le cuesta al empresario tener un trabajador. Es decir, la cuña fiscal en nuestro país es superior a la de los países de nuestro entorno. Este hecho se debe principalmente a tener unas cotizaciones a la Seguridad Social muy elevadas.