La marcha de Irizar de Ormaiztegi es de las noticias más positivas para la industria guipuzcoana en éstos días tan convulsos. El año pasado facturó 550 millones de euros batiendo así su propio récord de facturación. No es la única buena noticia que ofrece este negocio, puesto que la nueva planta de Aduna cumple plazos y a inicios de 2017 estará preparada para comenzar con su producción, centrada en la electromovilidad que representa en valor añadido de la firma guipuzcoana.
La nueva planta de Aduna, tendrá una inversión total de 75 millones de euros de los que la mayor parte, 60 millones, serán aportados por la matriz del grupo, Irizar Sociedad Cooperativa, mientras que los 15 millones restantes corresponderán a otras empresas del grupo.
La planta de Aduna será estratégica en el futuro de la compañía, en los 18.000 metros cuadrados de estas instalaciones se concentrará su apuesta por la electromovilidad y todas las actividades de investigación y desarrollo conducentes a incrementar el valor añadido de su producto. Esta diferenciación será la clave de su crecimiento en mercados difíciles como Europa, por su escaso crecimiento económico, y Estados Unidos, por la fuerte competencia.
Según parece, en un plazo de cinco años desde su puesta en marcha, la planta de Aduna será capaz de producir dos vehículos de pasajeros y uno industrial al día, y dará empleo a una plantilla formada por entre 300 y 500 personas, aunque en un inicio serán unas 40 las que comiencen su actividad en la nueva factoría.
La sede de Irizar de Ormaiztegi creció un 30% en 2015, fundamentalmente por el mercado español. Estos resultados sitúan a la fábrica de Ormaiztegi en la líder del grupo al representar un 46% de la facturación total, mientras que las plantas situadas en el exterior fueron el 34% y el resto de empresas que componen el grupo son un 20%.
El pasado ejercicio, se generaron 142 nuevos puestos de trabajo de manera estable, lo que significó incrementar su plantilla un 20%. Desde luego un buen dato a destacar de la compañía guipuzcoana.
