Las lancetas son elementos que nos permiten realizar una punción o una pequeña incisión en la piel (habitualmente en un dedo de la mano o en el lóbulo de la oreja) con el objetivo de obtener una muestra de sangre capilar para ser analizada mediante un analizador de sangre específico (de glucosa, de lactato, de hemoglobina, de hemoglobina glicosilada,…); dado el alto número de personas que presentan diabetes y que necesitan realizarse autoanálisis de glucemia con gran frecuencia, el uso de lancetas es habitual. Las lancetas han ido evolucionando a lo largo del tiempo, mejorando aspectos como la comodidad de uso y sobre todo la Seguridad de los usuarios, minimizando el riesgo de accidente, infección, contaminación,…
¿Qué son las Lancetas de Seguridad?
Son lancetas que minimizan el riesgo de punción o pinchazo no deseado, bien sea a la persona que realiza la punción, personal de limpieza,…
Las lancetas de seguridad se caracterizan por disponer de un sistema que resguarda el punzón tras el pinchazo, impidiendo de esta forma un pinchazo no deseado, tanto tras el pinchazo inicial, como a posteriori una vez desechada la lanceta de seguridad. Utilizando este tipo de lanceta es prácticamente imposible que pueda producirse una contaminación cruzada entre el paciente y el personal sanitario (si es que es personal sanitario quien realiza la punción) o entre el paciente y personal que se encarga de la limpieza (familiar, personal profesional,…), ya que cuando activamos la lanceta, se produce el ‘disparo’ del punzón y se recoge de forma automática e instantánea con lo que ya no hay posibilidad de que pueda pincharse nadie con la lanceta utilizada.
Lancetas Desechables
Las lancetas son de un sólo uso, independientemente de que sea la misma persona la que precisa el pinchazo en días consecutivos.
Hay que tener en cuenta que tras el uso de la lanceta, siempre quedan en su punta restos orgánicos (principalmente sangre) que pueden contaminarse y por tanto en un pinchazo posterior puede convertirse en un transmisor de gérmenes, aumentando de forma significativa el riesgo de infección.
Más grave todavía sería el uso de la misma lanceta para pinchar a diferentes personas, ya que en tal caso sí que las posibilidades de infección aumentarían de forma considerable y grave; lógicamente es un tipo de actuación estrictamente prohibido en el ámbito sanitario y que nunca se realiza.
Por tanto es imprescindible utilizar siempre lancetas desechables.
¿Cómo se miden las Lancetas?
Existen lancetas de diferentes medidas; la medida de las lancetas se caracteriza por 2 magnitudes referentes al punzón o elemento que realiza la incisión o punción de la piel, como son el grosor del punzón y su longitud. De estas 2 magnitudes, es el grosor el elemento más importante a la hora de categorizar las lancetas. Por qué existen diferentes tipos o tamaños de lancetas? Porque no todos los analizadores de sangre son iguales y cada uno puede necesitar una mayor o menor cantidad de sangre para el análisis. En este momento los analizadores de glucemia (glucómetros) de última generación necesitan por lo general menos de 0’5 microlitros de sangre, al igual que pasa con los analizadores de lactato que se utilizan en el control del rendimiento deportivo, pero hay analizadores de Hemoglobina que necesitan 8 o 10 microlitros de sangre, lo que supone una necesidad 20 o 40 veces mayor que lo que se necesita para un análisis de glucemia. Incluso hace unos años había analizadores de sangre portátiles que necesitaban 20 microlitros de sangre. Lógicamente si necesitamos sólo 0’2 microlitros de sangre, nos basta utilizar una lanceta de un pequeño calibre (28G o 30G es suficiente), ya que la punción nos va a permitir obtener suficiente cantidad de sangre y por otro lado al utilizar una lanceta de pequeño calibre el dolor de la punción es siempre menor. Sin embargo, si un profesional sanitario necesita realizar un análisis de hemoglobina para el que precisa entre 8 y 10 microlitros de sangre, necesito utilizar una lanceta de mayor calibre para que pueda obtener suficiente sangre para el análisis, con lo que necesitaré utilizar lancetas de calibre 21G o 23G.
El grosor del punzón de las lancetas puede catalogarse utilizando 2 tipos diferentes de medida, que es conveniente conocer para poder realizar la selección correcta y no cometer errores; el grosor, determinado por el diámetro, se puede medir en milímetros (mm) o en Gauge (G).
La medición del diámetro del punzón en milímetros es un tipo de medición fácilmente comprensible y que no suele conllevar errores, ya que a mayor valor el diámetro es también mayor y asimismo mayor es el grosor de la lanceta, con lo que obtendremos mayor cantidad de sangre; en este momento las medidas más habituales son de diámetros de 0’30, 0’35, 0’60 y 0’80 mm.
Sin embargo cuando utilizamos el Gauge (G) como unidad de medida (en función del fabricante de la lanceta, es cada vez más frecuente su uso) del grosor de la lanceta, debemos conocer que a mayor valor de G menor es el grosor de la lanceta, con lo que nos encontramos que la lanceta 30G se corresponde con un diámetro del punzón de 0’30 mm, que la lanceta 28G se corresponde con un diámetro del punzón de 0’35 mm, la lanceta 23G se corresponde con un diámetro de 0’60 mm y la lanceta 21G se corresponde con un diámetro de 0’80 mm.
La longitud del punzón también varía, lo que supone que la incisión va a ser más o menos profunda y también colabora en la obtención de una mayor o menor cantidad de sangre. Lógicamente se utilizan punzones un poco más largos cuanto mayor sea el grosor de la lanceta y habitualmente la longitud del punzón oscila entre 1’5 y 2’0 mm.
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