El Gobierno cosechó ayer una gran derrota en el Congreso, al perder la votación sobre la convalidación del real decreto para que los ayuntamientos puedan usar el superávit acumulado. El PSOE no contó con los apoyos necesarios para articular una mayoría, ya que ni siquiera lo respaldaron sus socios parlamentarios habituales. Concretamente logró 156 votos a favor, ante la oposición del resto de la Cámara. Por lo tanto, el real decreto ley quedó derogado.
La fórmula arbitrada por el Ministerio de Hacienda para sortear el impedimento legal de que los municipios gasten ese dinero sin incurrir en un déficit posterior en sus cuentas, fue que cediesen los remanentes de manera voluntaria al Ejecutivo, y que éste se los devolvería después en dos fases. Ahora, entre este año y el siguiente, un 35% de los primeros 5.000 millones, y el resto, hasta 15.000, en los próximos 10 años, un periodo en el que recibirían el 100% de lo aportado, que se añadiría a la inyección inicial.