El objetivo es evitar el uso de software ilegal que permita no imputar a la contabilidad ventas realizadas a los clientes en el mismo establecimiento.
Las tres haciendas vascas han puesto en su punto de mira a bares y tiendas. Están estudiando fórmulas para evitar la caja B. La opción que cobra fuerza es la de colocar un programa en las cajas registradoras de modo que no sea posible alterar las cuentas y ocultar ingresos a la Hacienda. La Comisión de Lucha contra el Fraude Fiscal confirmó ayer en el Parlamento que esta medida está sobre la mesa y que las diputaciones forales están estudiando desde el punto de vista jurídico y técnico cómo ponerla en marcha.
El software de doble contabilidad utilizado por este colectivo será perseguido. El órgano antifraude del Gobierno Vasco y las tres diputaciones ya denunciaron en junio del año pasado que un 90% de las empresas minoristas inspeccionadas modifican el software de sus cajas registradoras para eliminar ventas y así no tener que tributar por ellas, sobre todo por las pagadas con dinero en metálico. El estudio que se realizó mostraba resultados contundentes