La SD Eibar sigue con las esperanzas de mantener la categoría tras sumar ayer su segunda victoria consecutiva con la que demostró que ningún armero tira la toalla.
La victoria llegó gracias a un penalti anotado en el minuto 88 por el centrocampista José Recio, que sacó a relucir su experiencia y sus nervios de acero asumiendo la responsabilidad en un momento dramático.
El partido fue muy igualado entre dos equipos que se emplearon en mantener a raya a su rival y en el que apenas hubo ocasiones de gol.
El encuentro parecía abocado al 0-0, pero a dos minutos del final, en un córner botado por Recio desde la derecha, el delantero Sergi Enrich tocó de espuela y el balón impactó en el brazo de un contrario. Inicialmente no se señaló la pena máxima, pero el árbitro vio la jugada a instancias del VAR y concedió el penalti.
Tras la transformación, no exenta de suspense, el Eibar supo matar el partido y aguantó los minutos restantes para lograr la victoria.