Ante la preocupación porque la inflación es demasiado baja debido a la crisis económica, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha llevado a cabo la primera revisión de su estrategia desde 2003 para situar el objetivo de inflación en el 2% a medio plazo. Antes de este cambio, mantenía vigente una formulación ambigua que apostaba por mantener un nivel de inflación «por debajo, pero de cerca del 2%».
El nuevo objetivo de inflación del 2% ha sido definido como simétrico, por lo que se permitirán desviaciones tanto al alza como a la baja, a pesar de que se tachan como «indeseables». Asimismo, ha quedado establecido que durante un cierto periodo de tiempo la inflación puede situarse «moderadamente por encima» debido al entorno de tipos bajos. Además, el banco recomienda que se incorporen al IPC en los próximos años costes relacionados con la vivienda en régimen de propiedad.