Sendagrup, centro médico líder en San Sebastián, advierte de que el uso excesivo de chanclas y sandalias, andar descalzos por playas y piscinas o la realización de determinadas prácticas deportivas son factores que aumentan el riesgo de sufrir problemas en los pies, que pueden ir desde heridas o lesiones hasta infecciones fúngicas.
En primer lugar, uno de los problemas más generalizados son las ampollas y las rozaduras. «Al producirse a consecuencia de la fricción y el calentamiento de la piel, es fácil que suceda con zapatos que aun no se han adaptado a nuestro pie», comentan desde Sendagrup. Para evitarlas, es importante que el calzado sea flexible. A ser posible, también es beneficioso que esté fabricado con materiales naturales. «En el caso de las deportivas, además, podemos utilizar calcetines de algodón, que nos ayuden a absorber la humedad; aunque, de cualquier modo, debemos evitar caminatas o largos paseos con un calzado que no hayamos usado previamente», reiteran.
Por otro lado, en verano también son comunes las lesiones musculares y heridas, provocadas por el hecho de caminar descalzos o por no usar los zapatos más adecuados para cada situación. «Por un lado, nos exponemos a sufrir lesiones causadas por agentes externos de los que no estamos protegidos. Por otro, además, andar por terrenos irregulares hace que forcemos nuestra musculatura y nuestras articulaciones, y no solo de nuestros pies, sino también de tobillos, rodillas y caderas», expresan.
Por todo ello, según recalcan estos profesionales, es importante, en la medida de lo posible, caminar protegidos, con el calzado adecuado para cada terreno y superficie. Además, también se debe evitar caminar durante mucho tiempo por terrenos irregulares. En el caso de la playa, por ejemplo, recomiendan llevar escarpines o cangrejeras y evitar las zonas con mayor desnivel.
Las durezas y sequedades también son típicas del verano. Determinados calzados, los cambios de temperatura o andar descalzos por superficies muy calientes, como la arena de playa, produce sequedades. Esto provoca que la piel se agriete, sobre todo, en la zona lateral y de los talones.
PIE DE ATLETA
Asimismo, las infecciones causadas por hongos también son muy comunes en verano. «La humedad se suma al hecho de andar descalzos por piscinas, baños y otros lugares públicos y, al de compartir toallas o calzados, aumentan las posibilidades de contagio», aseguran estos expertos. Una de estas infecciones es el llamado pie de atleta, que se manifiesta con dolor y picor e, incluso, puede agrietar la piel en la zona de entre los dedos. Otra infección muy recurrente, también provocada por hongos, se da en las uñas. Para evitarla, es recomendable no usar esmaltes de mala calidad, ni llevarlos durante un tiempo demasiado prolongado.
En cuanto a las infecciones víricas, causadas por el virus del papiloma humano, cabe destacar que una de las más comunes es la de las llamadas verrugas plantares. «Para evitar contraer cualquier infección, es importante que no andemos descalzos por superficies húmedas. Aunque, del mismo modo, debemos limitar el uso de las chanclas a estas situaciones», señalan desde Sendagrup.
En cualquier caso, para evitar que el problema se agrave, los expertos recomiendan acudir a la consulta de Podología en cuanto se detecte cualquier posible anomalía en los pies, pues será el profesional el que pueda hacer la exploración, diagnóstico y tratamiento personalizado que mejor se adapte a cada caso.
Para más información www.sendagrup.com.