El busto de Aita Mari situado en la calle Erribera de Zumaia volvió ayer a su lugar de origen tras dos meses de trabajos de restauración realizados por Raquel Nacenta e Idoia Idigoras.
Este año se cumplen 150 años tras la muerte de Jose Mari Zubia Zigaran y es por ello que el pueblo de Zumaia quiere rendirle homenaje. Así pues, se ha realizado una restauración a la figura esculpida por el escultor Malloquín Jaume Matteu.
Debido a su antigüedad y a la gran porosidad de su material, la humedad del ambiente y el agua de la lluvia habían hecho mella en él, por lo que en primer lugar se ha procedido a retirar la pintura, limpiar la piedra y a consolidarla, todo ello seguido de una reintegración del volumen en varias zonas del busto, en especial en la nariz. Para ello, las artistas han contado con la ayuda de Joseba Esnal y el fotógrafo Javier Carballo, quienes han recogido toda la documentación histórica existente en torno a la figura de Aita Mari.
Una vez recuperada la estructura, se ha vuelto a pintar el busto, imitando el tono bronce originario con pinturas metálicas actuales para tratar de conseguir un efecto envejecido.
Así pues, Aita Mari ya cuenta con una imagen totalmente reformada y está listo y deslumbrante para recibir su homenaje el próximo día 23 de julio.