El periodista Pablo González, encarcelado e incomunicado en Polonia desde el pasado 28 febrero bajo la acusación de ser un agente de la inteligencia militar rusa, al fin ha podido recibir la visita de su pareja este lunes. Ambos esperan que esto suponga un punto de inflexión.
Según ha explicado la novia de Pablo, ahora se revisará la prisión provisional y creen que se prorrogará la prisión, al menos hasta que cumpla un año. A partir de ese momento, es más difícil alargar la estancia en la cárcel, pero aún se desconoce lo que va a ocurrir.